jueves, 11 de septiembre de 2014

Martín Kadaragian

Martín Kadaragian nació en Buenos Aires el 30 de abril de 1922, en el seno de una familia de inmigrantes, ya que su padre era armenio y su madre española. Aquella fuerte herencia lo llevó a practicar desde muy pequeño lucha grecorromana, y con sólo 16 años logró convertirse en campeón mundial de dicho deporte.

Al mismo tiempo que practicaba constantemente aquella disciplina que despertaba su pasión, Martín Karadagián debía trabajar de lo que fuera, ya que su familia era muy humilde, por lo que no era extraño verlo en las entradas de las estaciones de trenes con su cajón de lustrabotas.

Mientras practicaba lucha, también comenzó a interesarse en el teatro, disciplinas que fueron forjando al personaje que todos amamos sobre el ring. Fue en 1957 que se inició como actor en la película "Reencuentro" de Iván Grondona, la cual no tuvo ninguna trascendencia, pero fue el puntapié inicial para el comienzo de una gran carrera. Aquello le permitió compartir escena junto a otro grande, Alberto Olmedo, en su filme "Las aventuras del Capitán Piluso en el castillo del terror".

No obstante, sabía que el teatro no era lo suyo y que en la lucha estaba su pasión, por lo que en los albores de la década del sesenta creó el grupo de los Titanes en el Ring.

Durante años fue el máximo ídolo infantil, y cuando su figura irrumpía en el cuadrilátero, los niños y los adultos coreaban a viva voz: "Ya llegó Karadagián, el gran Martín es un titán. Martín es el titán de Titanes en el ring porque es genio y figura con Joe Galera y con la viuda. Siempre será Martín, glorioso paladín, el más genial Campeón Mundial".

Pero a pesar del éxito y la fama, Karadagián no supo ser cuidadoso de su salud, y su gran debilidad por los dulces lo llevó a padecer de diabetes, la enfermedad responsable de la inevitable amputación de una de sus piernas.

Aquella tragedia lo alejó del escenario y lo sumió en una depresión, que el propio ring casi no logra vencer. Hoy todos recuerdan a aquel Martín Karadagián retirado de las peleas, que en una oportunidad venció a la tristeza subiendo al ring, tirando su bastón y acostado sobre la lona diciendo: "Gracias, estoy bien porque estoy con ustedes. ¡Estoy vivo!". Y a pesar de que parecía ser un campeón que todo lo podía, Martín finalmente fue derrotado por la muerte, un 27 de agosto de 1991, a los 69 años. No obstante, aún se conservan las infinitas sonrisas que pudo dibujar en los rostros de los niños de varias generaciones.

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